Deja de buscar las palabras correctas para excitar a las mujeres.
En realidad, excitar a una mujer es mucho más fácil de lo que tú crees.
Piensa en
una mujer atractiva y a la que no conoces. ¿Cual es tu primera reacción?
¿Te pones a
pensar en todo lo que podría salir mal en lugar de ir a conocerla? Tan pronto
como ella se da cuenta de que te gusta, ¿volteas la mirada hacia otra parte?
¿Te preguntas qué decirle para poder gustarle?
Y el
problema es que estamos demasiado acostumbrados a pensar “en palabras” como
para buscar otra solución. ¿Qué quiero decir con esto?
Lo que
quiero decir es que cuando tu ves a una chica que te gusta y quieres atraerla,
en lugar de simplemente ir y conocerla, lo que haces muchas veces es
preguntarte a ti mismo “qué le digo” o “qué hago”. ¿Cierto?
Te tengo
noticias: la respuesta no está en tu cabeza.
Si así
fuera, si la respuesta ya estuviera en tu cabeza entonces no necesitarías
preguntarte nada porque ya sabrías exactamente qué decir y qué hacer. En serio.
Es como por ejemplo caminar. Tú sabes caminar y cuando quieres caminar no
necesitas preguntarte “qué hago para caminar” ni nada por el estilo. ¿O sí?
No. Lo
mismo sucede cuando quieres, por ejemplo, preguntar el precio de un artículo en
la tienda. No necesitas preguntarte a ti mismo “cómo le pregunto el precio al
vendedor” porque ya sabes hacerlo.
¿Y esto qué
quiere decir?
Quiere decir
que si te estás preguntando “qué le digo” o “qué hago” estás buscando la
respuesta a esas preguntas en el lugar incorrecto.
Es como intentar aprender
calculo diferencial o física cuántica simplemente preguntándote “¿qué es la
física cuántica?”. Si no lo sabes –y si te estás haciendo la pregunta lo más
probable es que no lo sepas- entonces no sirve de nada preguntarte a ti mismo y
sólo lo haces porque estás acostumbrado a hablar contigo constantemente.
Te puedes
decir que tengo razón, porque así es, y no necesitas preguntarte a ti mismo “¿tiene
razón?” porque de todas maneras tú ya lo sabes. Tu inconsciente lo sabe.
Entonces, “¿a
quién le pregunto?” me dirás…
Y para
responderte, quiero que pienses en esto: tú puedes aprender física si lees un
libro de física como la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein. Eso es
cierto. Suponiendo que entiendas lo que estás leyendo e incluso si no entiendes
entonces puedes ir y hablar y preguntarle a alguien más. Pero no te servirá de
nada preguntarte a ti mismo si no entiendes. Puedes buscar entender pero eso no
lo vas a lograr simplemente preguntándote a ti mismo. ¿Verdad?
Ahora,
piensa que la física no ha existido siempre. Por ejemplo la teoría de las
fuerzas gravitatorias fue enunciada por Isaac Newton. Antes de él, no existía
en el mundo el concepto de “gravedad” y la gente pensaba que las cosas caían
simplemente porque así es. Antes de Newton, no había ninguna relación entre una
manzana que cae y la Tierra que gira alrededor del Sol y sin embargo hoy en día
sabemos que esa relación existe. Pero no te hablo de esto para hablarte de
física.
Pregúntate –porque
esto es algo que ya sabes-: ¿cómo se le ocurrió a Newton la idea de la “gravedad”?
Y una
pregunta relacionada: ¿Tú crees que el hombre siempre ha sabido cómo crear
fuego? ¿Cómo crees que el ser humano descubrió la manera de producir fuego –y controlarlo-
a voluntad?
Une los
puntos.
Si no sabes
qué es lo que quiere decir una palabra, puedes ir y buscarlo en internet o en
un diccionario o puedes preguntarle a alguien más pero las palabras no han
existido siempre. Había un momento en el que el hombre no tenía palabras así
como había un momento en el que el hombre no sabía hacer fuego.
Y ahora
piensa en excitar a una mujer –piensa en calentar a una mujer, para seguir con
la analogía del fuego-. ¿En qué se parecen la teoría de la gravedad, el
lenguaje y la capacidad para hacer fuego a tu situación cuando ves a una mujer
que te gusta?
Para
empezar, en todos los casos hay algo que no se sabe y que se aprendió o se
desarrolló. ¿Preguntándose a si mismo?
Por ejemplo
¿cómo hubiera podido el hombre desarrollar el lenguaje preguntándose a si mismo
cualquier cosa si ni siquiera tenía palabras para poder hacer esa pregunta?
O un bebé,
para aprender a hablar, sus primeras palabras (“papá”, “mamá”, “agua”, “leche”),
¿cómo las aprendió?
¿Crees que
les preguntó a sus padres algo así como “¿oye mamá, cómo se llama el líquido
transparente que me dan a beber cada vez que tengo sed?”? Obviamente no, porque
él no sabía ninguna palabra para poder hacer esa pregunta. ¿Crees que se
preguntó a si mismo? Tampoco.
Entonces,
cuando ves a una mujer que te gusta o cuando estás con una amiga que te atrae o
incluso con tu novia y que quieres excitarla y no sabes cómo hacerlo, ¿crees
que puedes encontrar la respuesta preguntándote a ti mismo? No.
¿Me sigues?
Muy bien,
entonces, si la respuesta no está dentro de ti, ¿entonces dónde está?
Si el libro
no está dentro de la caja, ¿dónde está?
Si una
persona no está dentro del país, ¿dónde está?
Afuera.
Así que
puedes empezar por buscar la respuesta ahí en donde puedes encontrarla. Afuera.
Lo puedes
descubrir observando. La cosa es que no hay algo así cómo “palabras correctas
para excitar a las mujeres”. No. Lo que sí hay son muchas frases que,
dependiendo de la situación, pueden o no excitar a una mujer. Y para eso,
tienes que aprender a observarla a ella antes que a ti.
¿Quieres
aprender a excitar a (prácticamente) cualquier mujer fácil y rápidamente?
Recibe los tres videos gratuitos “Tres Secretos para Excitar a las Mujeres”
haciendo click en el link que se encuentra a continuación: como excitar a unamujer rapidamente
Rogelio Consejo -- http://academiadeseduccion.net