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jueves, 25 de junio de 2015

Como acabar con los silencios incómodos... (Seducción Natural)

Comunicar es mucho más que hablar.

Sonreír y dar la mano también son maneras de comunicar.

Un beso, una caricia e incluso tomar a alguien de la mano pueden comunicar muchas cosas diferentes.

Y sin embargo muchos hombres le tienen miedo a los (música de terror) "silencios incómodos".

Yo también en algún momento llegué a tenerles miedo. Y seguramente no estás solo pero eso no significa que no puedas aprender no sólo a dejar de tenerles miedo sino incluso hacer que dejen de existir.


¿Cómo desaparecer los silencios incómodos?


Aprendiendo a relajar... y provocar comodidad durante los silencios.

Cómo en la música, a veces un silencio puede tener un efecto muy poderoso, no es necesario llenar cada instante con notas... o en un dibujo no es necesario llenar toda la página de grafito o tinta... y el tablero de ajedrez no necesita estar lleno de fichas hasta la última casilla... o para acariciar no se necesita acariciar todo el cuerpo a la vez ni hacerlo sin detenerse... hablar es útil para comunicar algunas cosas y tu cuerpo es útil para comunicar todas las demás.

En el sexo, la mayor parte de la comunicación es a nivel no-verbal. Y si alguien cree que el sexo no es una forma de comunicación, probablemente lo que está haciendo no es sexo sino usar a las mujeres para masturbarse. Las palabras que hay (cuando las hay porque cada persona es diferente) por lo general surgen de las acciones y las interacciones físicas.

También en cualquier interacción en tu vida cotidiana utilizas y le das más importancia a la comunicación no-verbal que a la comunicación verbal. Por ejemplo cuando alguien te dice algo y que su lenguaje corporal te hace dudar... por lo general le haces caso al lenguaje corporal más que a las palabras. Y si no me crees imagínate un tipo sucio y apestoso que te mira como pensando en otra cosa, con media sonrisa en la cara y que te dice... "hey... tú... acércate y te regalo dos boletos para que vayas al cine con tu novia" y te mira fijamente y se queda callado. ¿Irías a ver si te regala dos boletos para el cine?

Las palabras pesan mucho menos de lo que mucha gente las hace pesar.


Por un lado, está bien que si te comprometes a algo seas capaz de mantener ese compromiso o esa promesa y por otra parte no es necesario intentar entender todo con palabras... como algunos lo hacen... y darle tante importancia a las palabras y al hecho de estar hablando es algo que muchas personas hacen y entonces se ponen incómodos cuando hay un silencio... y así es que una persona completamente normal puede ir a hablar con una chica o un grupo de chicas... ponerse nervioso desde antes de hablar con ellas (y los que ya lo saben hacer y tienen práctica pueden hacerlo incluso antes de ver a la chica o al grupo de chicas) porque no sabe qué decirles y por ello no poner atención en ellas mientras se acerca, lo que hace que haga un comentario genérico o, si está bien preparado, una frase enlatada o una rutina memorizada como el clásico "necesito una opinión femenina"... y luego, si ellas no reaccionan inmediatamente o no reaccionan increíblemente bien (en la mente de algunos, por ejemplo, la idea es que le sueltan la frase y ella les muestra sus senos o los empieza a tocar y a hablar medio susurrando al oído...) entonces eso confirma su creencia (que se va formando con el tiempo) de que no son atractivos o de que por X ó Y razón no pueden gustarle a las mujeres... y empiezan a esperar el momento en que los van a rechazar... y mientras más surgen silencios, que se hacen cada vez más frecuentes porque él está cada vez más enfrascado dentro de su mente pensando en cómo gustarle o qué decir para que de pronto ella lo encuentre atractivo... y todo se hace más y más incómodo hasta que ella empieza a buscar una salida (dependiendo de qué tan bien lograda esté la repulsión llegar a esta etapa les puede tomar segundos) y escapa... y obviamente eso sólo confirma más la creencia inicial de que seducir es difícil o de que no son atractivos o de que necesitan dinero para poder seducir, etc...

Si la comunicación no-verbal es más importante... por qué preocuparse tanto por "qué decir" cuando es posible seducir sin decir una sola palabra... o si tienes el suficiente control de tu voz puedes seducir mientras lees la lista del supermercado.

Así que "¿cómo acabar con los silencios incómodos?"...


Redoble de tambor...

Aprendiendo a provocar comodidad durante los silencios... sentirte cómodo con los silencios y disfrutar del silencio...

Por cierto si te interesa aprender muchas maneras de generar comodida y más de manera silenciosa, te recomiendo que participes en las clases de Seducción No-Verbal y Juego Interno que puedes encontrar haciendo click aquí.

viernes, 8 de mayo de 2015

Seducción Zen: La paradoja de gustarle a una mujer sin intentar gustarle

La primera vez que tuve que explicar esta “paradoja”, en mi mente no había ninguna paradoja. Para mí estaba claro que intentar gustarle a una mujer no es una muy buena idea, empezando por el hecho de que presupone de manera no-verbal que no le gustas (porque si le gustaras no necesitarías hacer cosas para intentar gustarle) además de que si observas cuando alguien intenta gustarle a una mujer muchas veces demuestra, por su postura, su manera de hablar y en general por su comunicación no-verbal, sentimientos o estados mentales de inferioridad.



Por ejemplo, si compras un regalo para una chica de tu trabajo o de la escuela para gustarle… muchas veces eso implica que sientes que no le gustas y que quizá si eres suficientemente romántico ella se va a enamorar de ti de todas maneras… lo cual no quiere decir que haya algo de malo con comprarle un regalo a una mujer que te guste o con ser romántico siempre y cuando la intención con la que lo haces no sea la de gustarle
También hay a quienes les gusta presumir de sus hazañas y con frecuencia terminan demostrando inseguridad… mientras que cuando alguien cuenta una historia de una aventura personal y tiene una buena razón para hacerlo (no para presumir e intentar agradar o ser admirado) muchas veces lo admiramos y admiramos sus aventuras y a veces deseamos vivirlas o por lo menos aprendemos de ellas.
La idea tampoco es buscar desagradar a las personas para poder agradarles sino más bien no estar buscando agradar… y esto aplica también más allá de la seducción.



Cuando eres pequeño, es muy muy importante que Papá y Mamá no te rechacen. Cuando vas creciendo, hay quienes siguen sintiendo miedo al rechazo, incluso hacia quienes no son Papá y Mamá. Ya sea por miedo al rechazo o por otra razón -como sentir que no eres atractivo-, muchos sienten o creen o piensan que necesitan hacer algo para poder gustarle a esa chica o esa mujer tan guapa…
No estamos hablando de llamar su atención
Obviamente necesitas llamar su atención e interesarla, capturar esa atención, guiarla, seducir su atención… para poder despertar su deseo, estimular sus fantasías… y hacer toda clase de travesuras con ella. 
Pero no se necesita hacer algo para “gustarle”.
Mucha gente quiere convencer a las mujeres de que salgan con ellos… y la mayoría del tiempo no les funciona. Tratan de influir en las emociones a través de lógica.

El resultado "lógico".

Gustarle es más cuestión de una relación… para la mayoría de las personas es mucho más que la apariencia física e incluso que las actitudes, personalidad, etc., de una persona… gustarse es un proceso… una relación que evoluciona… gustarse no es un resultado final. Por eso tiene más sentido buscar “gustarle más” que simplemente buscar “gustarle” porque de esa forma haces más énfasis en el proceso aunque no necesitas preocuparte por gustarle, en general.
Algunos por ejemplo por alguna forma de miedo al rechazo actúan de manera amistosa con las mujeres que les gustan al mismo tiempo que evitan todo tipo de comunicación, contexto o subtexto sexual. Temen hacer cualquier avance porque temen al rechazo. A veces incluso sienten el impulso de realizar alguna interacción más o menos romántica/erótica/sensual/sexual y lo inhiben, lo bloquean por miedo a ser rechazados. Se rechazan a sí mismos antes de haberlo intentado, por miedo al rechazo… lo cual es un poco como esconderse en el rincón más obscuro de la casa… por miedo a la obscuridad. Uno puede dejar de temer al rechazo al darse cuenta que no hay razón para sentir miedo al rechazo. Piénsalo: ¿para qué te ha servido sentir miedo al rechazo en aquella ocasiones en las que lo has sentido?
Si estás intentando agradar, finges ser lo que según tú va a agradar… en lugar de ser tú mismo, intentas ser un ideal de lo que, según tú, le agrada a los demás.
El problema es que tú no eres los demás (si no me crees, verifícalo) y muchas veces (virtualmente siempre) te equivocas respecto a algunas partes (o muchas partes) de lo que crees que agrada a los demás. Crees que ser muy conversador es agradable y terminas por impacientar a la persona que te está haciendo la entrevista laboral… o crees que sonreír mucho es atractivo y la chica termina creyendo que eres un payaso o que estabas drogado. Por otra parte, si te permites actuar sin limitarte por esa falsa idea de lo que, según tú, le agrada a los demás, vas a notar que eres naturalmente más carismático (o quizá mucho más) de lo que creías que eres.

El primer cliente al que tuve que explicarle la "paradoja" de gustarle a una mujer sin intentar gustarle, cuando me contó por primera vez su situación, me dijo que había intentado ligar más de cien veces y que lo más que había conseguido eran números de teléfonos falsos o números de teléfono que no le contestaban a partir de la segunda llamada. Cuando le pregunté cómo le había hecho para conseguir un método tan infalible para ser rechazado por las mujeres se rio y me respondió que cada vez que veía una mujer atractiva trabajando en alguna tienda, le compraba un regalito romántico (un peluche, una flor, un chocolate). Lo interrumpí y le pregunté por qué tenía que estar trabajando en alguna tienda y me respondió que eso le daba tiempo para ir a buscar el regalo. Luego, llegaba con ella y le daba el regalo haciéndole un cumplido. Y no es que los cumplidos sean malos, yo hago cumplidos y por ejemplo mi novia cuando la primera vez que salimos le dije que me gustaba su escote… o también una amiga con la que salí un tiempo a la que conocí en una fiesta simplemente diciéndole “qué cuerpazo”… los cumplidos no son el problema, el problema es intentar gustarle
Después de platicar un momento, le proponía “salir alguna vez”. No proponía nada específico porque no la conocía y no le había preguntado nada sobre ella que le sirviera para saber qué proponer, así que literalmente les decía “me gustaría salir alguna vez contigo y conocernos mejor”. Aquí es donde algunas le daban el teléfono. Y al terminar de contarme, añadió: “aunque algunas ni siquiera me daban la oportunidad...”. Nota como a cada paso es como si llevara el freno de mano puesto al conducir por la autopista y en la analogía el freno de mano es la presuposición que tenía de que no le gustaba a las mujeres.

Está bien, quizá exagero un poco...

Si crees que algo es imposible, ¿para qué intentarlo? 
Una cosa es viajar a otras dimensiones y revivir a los muertos y otra cosa es hablar con una mujer y provocarle emociones poderosas.
La primera vez que intenté explicar esta paradoja, yo dije “estás esforzandote demasiado por gustarles, mejor prueba dejar de intentar gustarles” y el me respondió “¿pero si no lo intento entonces cómo voy a lograr mi objetivo?”. 
Las relaciones no son un “objetivo”, son procesos que vivimos y compartimos con otros seres humanos. “Para lograr tu objetivo, en lugar de intentar gustarle a una desconocida, mejor concéntrate en divertirte, y conocerla mientras disfrutas de su compañía y le provocas emociones agradables, excitantes, estimulantes, etc.”
Yo sé que muchos hombres están buscando la mejor o la más nueva rutina o la mejor y la más nueva frase y están buscando una estructura que puedan seguir para poder simplemente hacer como si fuera una receta: primero atracción con demostraciones de valor, luego confort y proximidad física para finalmente pasar a la seducción… pero seducir a una mujer no es como preparar un pastel de chocolate. Para seducir a una mujer a veces hay que meter el pastel al horno antes de haber mezclado bien los ingredientes, a veces hay que ser paciente y esperar a que la levadura haga efecto, otras no, a veces podemos omitir algún ingrediente y otras veces es necesario omitir un ingrediente, agregar o quitar un paso… no sólo porque existen montones de mujeres, cada una con cultura y personalidad diferentes (e incluso con fisionomías diferentes que reaccionan cada una de manera única) sino también porque existen montones de relaciones posibles con esas mujeres. Tanto sexual y emocional como socialmente, por ejemplo las relaciones pueden manifestarse de muchas maneras.
Obviamente, si tienes mucho miedo a gustarle a las mujeres siempre puedes usar unas cuantas lineas, abridores o rutinas para darte más confianza pero aléjate de la mentalidad de "método" de seducción.


El amor no es un ritual ni una convención social ni un capricho de los dioses, el amor es un arte.

lunes, 2 de febrero de 2015

Duda e incertidumbre: ¿estás seguro de querer seguir actuando tímidamente?

Dudar es una acción y en tanto que acción es del tipo que se realiza sobre otra acción. Uno puede dudar sobre comprar algo o sobre hablar con alguien de algo o sobre mover algo o intentar algo, etc.
La incertidumbre es un concepto que sirve para estimular nuestra consciencia de abstracción: nos recuerda que lo que sabemos es muy probable pero que siempre puede ocurrir algo completamente inesperado porque no lo sabemos todo. La incertidumbre es el inverso de la certidumbre, de la certeza, de qué tan seguro estás de algo… pero la certeza infinita no existe en la realidad, sólo existe en la mente de las personas que creen que ya no necesitan actualizar su modelo del mundo.
La incertidumbre es un concepto que surge de las ciencias y las ingenierías.

¿Qué tanto sabes sobre lo que sabes? Seguramente sabes más sobre algunas cosas y sabes menos sobre otras, obviamente.

El ser humano es muy interesante porque puede tener la certeza TOTAL de que algo no va a funcionar antes de intentarlo y dudar sobre si vale la pena intentar o probar algo que no le es familiar y eso termina haciendo que -por un lado- se cierra a toda experiencia relativa a eso que está seguro que no funcionará -lo que lo hace completamente ignorante del tema- y por otro lado, pretende un conocimiento total del tema al afirmar con certeza que eso no funcionará y justificando así la duda de cuya utilidad está tan seguro: es bueno dudar respecto a intentarlo o probarlo porque de todas maneras no va a funcionar.
De hecho es una habilidad que el ser humano desarrolla desde muy pequeño: es frecuente la situación en la que un niño sabe que un platillo no le va a gustar incluso antes de probarlo y está seguro de que no le va a gustar incluso si no lo ha probado. Pretende tener los conocimientos de un gourmet (que está muy familiarizado con el sabor de las cosas) cuando ni siquiera ha probado el platillo.

Mucha gente confunde duda e incertidumbre
Creen que no estar seguro de algo significa no poder actuar. Por el contrario, es posible (y frecuente) actuar para reducir la incertidumbre (se llama experimentar) y es la base de lo que se llama “descubrimiento”.
Quienes confunden duda e incertidumbre reducen su incertidumbre a través de la reflexión y de la experiencia de los demás (principalmente) hasta el punto en el que la incertidumbre (y la duda) son suficientemente pocas que se permiten a sí mismos actuar. 
Por ejemplo un cirujano (que tiene en sus manos la vida de su paciente) necesita practicar y equivocarse antes de poder tener un grado de certeza suficiente de que podrá realizar la operación. Un cirujano que sólo ha leído sobre la operación y que quizá sólo la haya visto o hablado sobre ella necesitará mucha más “experiencia” y probablemente tendrá muchas más dificultades que aquel que aprendió trabajando sobre cadáveres, maquetas, etc.

Cuando observamos al ser humano “normal”, vemos que con frecuencia tiene dudas sobre aquello que no le es familiar y con frecuencia tiene mucha certeza sobre esas dudas: el ser humano “normal” no se molesta en comprobar si “lo que se dice” es cierto antes de repetirlo o de actuar en consecuencia.
Y como resultado, el ser humano normal tiene creencias conflictivas y por lo general se contradice sin darse cuenta. Para poder mantener esas contradicciones (algo que podría parecer difícil sin esta reflexión previa) lo único que necesita hacer es “no hacer nada”.

En pocas palabras, para poder mantener esas contradicciones, lo único que hay que hacer es evitar las experiencias que pudieran ponerlas en evidencia y como esas experiencias se basan en aquello que no le es familiar, realmente lo único que necesita hacer el ser humano normal es seguir con su rutina, siempre y cuando no se presente una situación que se lo impida, podrá mantener sus contradicciones cómodamente, creyendo que sabe sobre algunos temas a la vez que evita las experiencias relativas a ellos.


A fin de cuentas, el ser humano normal tiene la certeza total de que su duda le es útil a pesar de que con frecuencia se da cuenta de que la duda le impide actuar con libertad.